jueves, 29 de marzo de 2018

UN POCO DE HISTORIA EMOCIONAL

UN POCO DE HISTORIA EMOCIONAL

Han sido los griegos, considerados pioneros en cuestionarse acerca de la naturaleza de las emociones, luego sigue la tradición de la religión judeo-cristiana, pasando por la Edad Media, luego  el Renacimiento, siguiendo la Ilustración, hasta nuestros días. El estudio de las emociones se hacía de forma separada, lo emocional por un lado y lo racional por otro. Esta separación en dos aspectos que son indisolubles en la naturaleza humana: pensamiento - emoción, han sido considerados, desde un nivel teórico, como procesos independientes como si fueran antagónicos, pero los estudios actuales comprobados experimentalmente gracias a las Neurociencias, demuestran que tanto el pensamiento como la emoción se dan conjuntamente, poniendo fin a ese dualismo: razón-pasión mantenido por siglos.
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En la Grecia antigua, son varios los autores  que hablan de las emociones, considerándolas como algo pasional. Por ejemplo: Platón, decía que debíamos desconfiar de las emociones, ya que las mismas nos llevarían al engaño, al formar la parte irracional del alma. 









PLATÓN 

La Edad Media, se caracterizó por un modelo de producción esclavista: el Feudalismo que remarcaba la desigualdad social y por un Teocentrismo, poder absoluto que tenía la iglesia influyendo en aspectos públicos y privados de la vida de las personas; hubo grandes dificultades concernientes al avance científico y social. En este contexto, lo emocional se consideraba como pasional y de forma peyorativa; algo que implicaba pecado, y por lo tanto había que luchar y perseguir para poder alcanzar la gracia de Dios. 

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RENÉ DESCARTES

En el Renacimiento siglo XVI, el filósofo René Descartes con gran influencia en el siglo XVII, en su libro "Tratado de las pasiones", enunciaba el peligro que acarreaba el dejarse llevar por las emociones. Conocido por su famoso: "pienso, luego existo"; que indica la primacía de lo racional para la existencia, en detrimento y desconsideración de lo emocional.

En el siglo XVII, la figura de Blaise Pascal con su conocida frase: “El corazón tiene razones que la razón no entiende”, es un intento de  liberar las emociones del racionalismo de la Ilustración, que seguía manteniendo la directriz platónica de no confiar en las emociones, por ser irracionales. 
Pascal tenía un forma diferente de entender el pensamiento, consideraba que  las emociones son formas directas e intuitivas de conocimiento, que no se relacionan con la razón y consideran una manera más integral de entender el conocimiento. 
Imagen relacionadaDesde luego una postura muy revolucionaria y adelantada para la época, porque actualmente su razonamiento no sería desacertado. 





BLAISE PASCAL



Etiqueta del popular anís del mono do los hermanos Bosch de Badalona, en cuyo diseño vemos reflejado el rostro de Darwin con cuerpo de mono, esto nos muestra, como fue tomada en su tiempo, la idea de la evolución de Darwin, éste mantenía que la evolución  se da por modificación y derivación de nuevas especies, e implica la existencia de antepasados comunes para cualquier par de especies. Hay un antepasado común del hombre y el chimpancé.





ETIQUETA ANÍS DEL MONO
LA EVOLUCIÓN

En el siglo XIX se mantenía la creencia de que el diseño funcional de los seres vivos se debía a un único creador, Dios. 
Lo realmente innovador y revolucionario de Darwin fue el formular un mecanismo natural que daba explicación,  a la génesis, diversidad, y la adaptación de los organismos. Este punto cuestionaba y tiraba por la borda, la idea mantenida muchos filósofos, científicos y teólogos de la época, que  además mantenían que las especies eran entidades fijas e inmutables. Con el advenimiento de las teorías darwinianas, pusieron el grito en el cielo y la insigne figura del naturalista fue desprestigiada; una vez más vemos como la ignorancia de estas doctrinas rígidas y conservadoras no permiten cambios en la forma de ver el mundo y no admiten el arribo de nuevas teorías científicas, incluso cuando éstas se han puesto de manifiesto empíricamente.


CHARLES DARWIN

En el siglo XIX,  aparece la figura de Charles Darwin, naturalista inglés y uno de los científico más revolucionarios y que ha dejado un legado imprescindible para el desarrollo de la ciencia. Fue un pionero con la idea de la evolución biológica a través de la selección natural y  en estudiar el origen de las especies. En su  obra : "La expresión de las emociones en los animales y en el hombre", hace una minuciosa observación sobre la forma de comportarse de los animales y las formas de responder ante determinados estímulos ambientales, como ser acercarse a algo apetitivo y huir de lo que implicaba una amenaza, es decir: "nos acercamos a lo que nos apetece e interesa, y rehuimos de lo peligroso o desagradable".Este legado darwiniano produjo una amplia línea de investigación experimental con animales, observando y  estudiando de forma pormenorizada los componentes que intervienen en la emoción, para posteriormente extrapolar esos criterios en los seres humanos. Otro gran descubrimiento, que inspiró a posteriores científicos y psicólogos de diversas corrientes, en este principio: acercamiento-alejamiento.
Siguiendo en el siglo XIX, en el Romanticismo: se defiende una postura en la cual los artistas utilizaban la naturaleza para expresar sus sentimientos, exaltando sus características, imaginaban un yo poderoso, desprovisto de influencia y limitación por lo social, exaltando la individualidad y originalidad, teniendo las emociones  un papel preponderante, ya que era a través  de ellas su lenguaje de expresión personal y artística. En cambio la razón era considerada como algo universal, y en cierta medida restringía la expresión emocional que se podía plasmar en la obra.

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Es a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando se empieza a considerar una integración entre ambos, ya no son un dualismo: Razón-emoción, pensamiento-sentimiento, sino que pasan a considerarse inseparables, ambos tienen el mismo peso y trabajan conjuntamente.

Edison Meneses Torre
Psicólogo-psicoterapeuta
Atención psicológica adolescentes y adultos

Hasta la próxima entrega.

SABIENDO MÁS DE LAS EMOCIONES - 2ª parte

SABIENDO MÁS DE LAS EMOCIONES - 2ª parte:

En anteriores entregas de este blog, habíamos comentado que los componentes de una emoción eran los siguientes: percibir el estímulo a través de los órganos de los sentidos, tener una sensación física, experimentar un determinado afecto,  elaborar una evaluación muy rápida sin reflexión y tener una determinada tendencia a la acción. Vayamos punto por punto: Percepción del estímulo - de forma directa: participan los órganos de los sentidos: vista, oído, olfato, gusto y tacto, que me permiten ver, o escuchar, o tocar, ya sea a una persona, animal, cosa, o notar calor o frío. De forma indirecta: por ejemplo me cuentan algo que ha ocurrido o está por ocurrir, que podremos aceptar o rechazar debido a las emociones que nos genera. Sensación física que se genera por cambios internos (corazón late más rápido o más lento, estómago se me encoge, se me corta la respiración) y externos que se reflejan en mi cara y en mi cuerpo (palidezco, me sonrojo, abro o cierro los ojos). Afecto: que puede ser sentir agrado o rechazo.  Cognición (formas de conocer de la persona: percepción, atención, pensamientos, ideas, imágenes, memoria). Tendencia a la acción: implica acciones motoras, por ejemplo: un cierto acercamiento si es algo que nos apetece, o bien un alejamiento si es algo que rechazamos, etc.  Todos estos componentes se dan simultáneamente cuando sentimos una emoción. Tendemos a pensar que las emociones están separadas de los pensamientos, pero ambos se dan conjuntamente. Quizás esta tendencia a la separación viene ya desde la antigüedad, y ha estado muy influenciada esta división por razones culturales y religiosas que obedecen a momentos históricos, que han justificado la separación entre la reflexión y el sentir. Quedando el sentir muy mal parado, porque siempre ha sido mal visto y ha soportado una carga muy peyorativa a lo largo de los siglos considerando la pasión por un lado y la razón por otro.



Así es como se ha visto desde siglos a la razón-cerebro y a la emoción-corazón, como dos entidades separadas y antagónicas, que luchan entre sí mismas. Aunque ellas no peleaban entre sí, eran nuestras ideas y prejuicios las que instaban a que ambas estuviesen en conflicto.









Actualmente, vemos que ambas entidades están a la misma altura, y son tan importantes tanto lo racional como lo pasional. Es más, para un sano funcionamiento vital ambas deben estar integradas, sólo así se garantiza un funcionamiento saludable a nivel psicológico y emocional. Nos sentimos más plenos y funcionamos mucho mejor, de una forma más operativa.





Sabemos que el cerebro está formado por millones de neuronas y que la conexión entre las mismas conllevan procesos electro-químicos que generan las emociones.
En la 1ª parte de esta entrega, hemos visto como las investigaciones sobre la función cerebral nos facilitan la comprensión de las emociones, porque nos muestran las rutas que se establecen a nivel cerebral, es decir que partes del cerebro se activan y entran en conjunción con otras para cumplir determinadas funciones neuroelectroquímicas, como pueden ser que las neuronas actúen activando o inhibiendo la secreción de los neurotransmisores, que son las sustancias químicas encargadas de la transmisión de las señales desde una neurona hasta la siguiente a través de las sinapsis . Todo ello se traduce en emociones que llevan implícitas determinadas necesidades, y las mismas se llevan a cabo mediante una tendencia a la acción.  


Veíamos que la corteza cerebral era la encargada de un procesamiento de nivel superior, teniendo la función de poder distinguir con precisión elementos que son similares pero distintos. La corteza interviene en el conocimiento de orden superior, y conjuntamente con otras estructuras como el hipocampo, ambos participan en procesos como ser: la memoria a largo plazo, la información sobre el reconocimiento del contexto: que nos permite precisar en dónde y cuándo ocurrió algo. Vemos que la mayor parte de los procesos mentales de orden superior se dan en la corteza cerebral.

En cambio la vía tálamoamigdalina, no precisa de la corteza para realizar un aprendizaje emocional. En muchas ocasiones podemos llegar a experimentar reacciones emocionales sin saber a qué se deben, sin saber a qué estamos respondiendo, esto nos lleva a plantearnos que las emociones se manifiestan de forma inconsciente. Muchas veces nos sentimos contentos, o tristes y no sabemos el motivo, es decir, lo desconocemos pero ello no quiere decir que no haya ninguna razón que haya provocado ese estado de ánimo, simplemente,  no somos conscientes de ello.

Glosario:
Percepción: según la RAE: Primer conocimiento de una cosa por medio de las impresiones que comunican los sentidos.
La percepción sería la estimulación que nos llega del mundo exterior por medio de los órganos de los sentidos.
Sentir:según la RAE: Percibir una sensación proveniente de un estímulo externo o del propio cuerpo.
Cognición: según la RAE: Capacidad del ser humano para conocer por medio de la percepción y los órganos del cerebro. Es la capacidad de procesar la información a través de la percepción.
Neurotransmisor: según la RAE: Sustancia que transmite los impulsos nerviosos en la sinapsis.  
Sinapsis: Es el mecanismo de comunicación química y/o eléctrica entre dos o más neuronas, con el fin de transmitir  un impulso nervioso destinado a coordinar una función en el organismo. 

Edison Meneses Torre
Psicólogo-psicoterapeuta
Atención psicológica adolescentes y adultos


Hasta la próxima entrega.

SABIENDO MÁS DE LAS EMOCIONES 1ª parte

SABIENDO MÁS DE LAS EMOCIONES - 1ª parte.

Joseph Ledoux es un brillante neurocientífico y profesor del Neurología de la Universidad de Nueva York,  ha estudiado e investigado profundamente el papel que cumple la función cerebral para poder entender la emoción. Él ha investigado y centrado su atención en el estudio del miedo como emoción que surge ante una situación de peligro,  y como forma de defensa ante el mismo.














Joseph Ledoux                                                   El cerebro emocional

La información que perciben nuestros sentidos es procesada por la corteza cerebral, que nos hace darnos cuenta de lo que percibimos, así identificamos lo que oímos, lo que vemos, etc., es un procesamiento de la información muy rápido pero que lleva un cierto tiempo. Por otra parte, Joseph Ledoux se dio cuenta  respecto a la emoción del miedo, que había un tipo de procesamiento de la información que se daba inmediatamente. Por ejemplo: si vamos por el bosque y vemos un bulto enroscado, nuestro cerebro responde inmediatamente ante ese estímulo, el corazón comienza a palpitar intensamente, la presión arterial se acelera, facilitando que nuestros músculos se contraigan para poder huir o luchar. La estructura cerebral llamada amígdala, era junto al tálamo, la responsable en dar una respuesta tan rápida ante ese estímulo peligroso, lo que se conoce como vía de procesamiento de la información tálamo-amigdalina. Ahora bien, cuando la información que proviene del tálamo llega a la corteza  visual, es entonces, cuando el cerebro llega a determinar si el objeto "peligroso" es verdaderamente una serpiente, o un bulto de tela enroscado.
La vía de procesamiento tálamo-cortical se compone de la percepción del estímulo y de las siguientes estructuras cerebrales: tálamo - corteza cerebral - hipocampo - amígdala, tiene la ventaja que es una vía de alta calidad, que por ejemplo es la que nos permite llegar a distinguir a un perro Boxer de un Gran Danés, y tiene cierto inconveniente: lleva más tiempo en el  procesamiento de la información al pasar por muchas estructuras cerebrales, es una vía lenta, que tarda un poco más en responder. En cambio la vía tálamo-amigdalina, (las estructuras participantes son sólo la amígdala y el tálamo), tiene el beneficio de ser una vía muy rápida en reaccionar ante el estímulo, y tiene la desventaja de ser de peor calidad en cuanto a no diferenciación del estímulo, confunde el bulto de tela enrollado con una serpiente. Pero gracias a esta vía, que siendo de peor calidad, obtenemos más tiempo en dar una respuesta que nos protege ante un posible peligro.

Reaccionamos ante una situación peligrosa, antes de que nos demos cuenta de que estamos ante una situación con dichas características. Otro ejemplo: es de noche y voy caminando por una calle muy oscura y de repente, delante de mí, se cruza con mucha rapidez un animal de pequeñas dimensiones y desaparece debajo de un coche, inmediatamente pego un salto con mucho temor, porque creo que es una rata; pero posteriormente el animal sale corriendo y cruza la calle dándome cuenta de que lo que me provocó dicho susto, era un inofensivo gatito, que también él estaba asustado ante mi presencia. Todo esto me muestra con la rapidez que puedo reaccionar, asustándome, poniéndome en alerta y llegar a dar un salto cuando tengo miedo, sin que para ello haya intervenido mi voluntad. Es mediante la activación inmediata de la amígdala, al ver a ese animal que corre y que me permite saltar, me ha dado un tiempo para tener una reacción ante un peligro inminente (como ser la presencia amenazante de una rata). Es gracias a la participación de la vía tálamo-amigdalina, promotora en que las emociones tengan esa facultad de generar reacciones totalmente automáticas ante determinadas cosas que se presentan, cosas que pueden ser desagradables (estímulos) - como el suponer que el animal era una rata - el miedo y el asco (emoción) - respondo dando un salto (respuesta motora).

                               ESTÍMULO   ⇨         EMOCIÓN    ⇨      RESPUESTA MOTORA

Creer que lo que veo es una rata
Siento miedo




Cuando aparece el estímulo peligroso (creer que lo que vemos es una rata), la reacción de nuestro organismo es variada: nuestro corazón late más de prisa, contenemos la respiración, nuestros músculos se tensan, dichas respuestas son en sí algunos de los componentes de la emoción de miedo. Posteriormente, damos la respuesta motora que puede ser: dar un salto, o detenernos, o salir corriendo.

Edison Meneses Torre
Psicólogo-psicoterapeuta
Atención psicológica adolescentes y adultos

Hasta la próxima entrega.

miércoles, 28 de marzo de 2018

LA RELEVANCIA DE LAS EMOCIONES: 3ª PARTE


LA RELEVANCIA DE LAS EMOCIONES: 3ª parte

Con frecuencia, vemos que las cosas que funcionan es debido a que nos hacen sentir emociones. Vamos a citar algunos ejemplos que ilustran esta afirmación, y que vemos habitualmente: uno de ellos sería el cine, y el otro los deportes, con su máximo exponente el fútbol.
He mencionado dos industrias que están totalmente ensambladas en la cultura, y que además generan grandes dividendos,  la razón es muy sencilla: "hacen sentir emociones". En el cine, cuando vemos en las películas distintas situaciones que se presentan, además de estar muy bien reflejadas y respaldadas por un buen guión, nos pueden hacer reír mucho y sentir mucha alegría; o bien nos pueden tener en una situación de ansiedad anticipatoria por un posible peligro durante 90 minutos, cuando es una trama de intriga policial; o sentir mucho miedo cuando intuimos que la escena transita por situaciones muy amenazantes. También, podemos llegar a llorar cuando se reflejen situaciones muy tristes que muestran ciertas pérdidas, o la no realización de determinados sueños.


Película de muchas risas - alegría


Muchísmo miedo - "El resplandor













La angustia de "Frenético"






La emoción del gol


Y el fútbol, ejemplifica el hecho de "sentir emociones" de forma más intensa, ya que es más participativo al ser en directo, asimismo, con la particularidad de que se comparte con mucha más gente; en grupo las emociones se contagian. Cuando un determinado jugador del equipo al que pertenecemos está haciendo una excelente jugada y está sorteando brillantemente a los jugadores del equipo contrario, se puede sentir una expectación que raya en la ansiedad, si consigue que la jugada llegue a buen término metiendo un gol, la alegría que nos invade es inmensa, pero si falla en su intento sentimos mucha desilusión y por consiguiente frustración, pudiéndonos llevar muy fácilmente al enojo porque no hemos conseguido que nuestro equipo ganase. Aquí vemos como la secuencia emocional se presenta de la siguiente manera: la emoción que se da primero es la tristeza debido a la frustración, la desilusión por no haber conseguido algo que deseábamos; si continuamos en ese estado nos pondremos tristes durante un buen rato. Pero como la tristeza (sería la emoción primaria) es una emoción que en cierto sentido nos desvitaliza, es como si se nos apagase la energía, entonces nuestro cerebro selecciona otra emoción que es la rabia (sería la emoción secundaria), una emoción que nos robustece, nos hace sentir más activos, y por lo tanto, no reflejamos ante el equipo contrario el haber sido vencidos. Pero, esto tiene el gran inconveniente, de que estamos expresando una emoción (la rabia) que no está acorde a lo que sentimos en primera instancia, que fue la tristeza por la desilusión de haber perdido. Es mejor expresar la emoción que se da en primer lugar, porque ello facilita que la misma no se quede estancada en nuestro interior, haciéndonos sentir mal debido a que la misma no se ha expresado en su totalidad. La emoción se nos queda atascada, y ello conlleva una gran molestia por algo que en su debido tiempo no se le ha dado la expresión requerida, no se ha asimilado, es como si la emoción se nos quedase "atragantada", siendo muy desagradable el sentir que algo no se ha "digerido".

Otro campo que está generando unos dividendos multimillonarios es el de los vídeo-juegos, es una industria en la cual el equipo profesional que la forma, va desde los creadores gráficos visuales hasta psicólogos que monitorizan los juegos haciendo que se generen un amplio abanico de emociones, sin dejar ninguna aparte. Y ese cúmulo de sensaciones y emociones que sentimos cuando estamos jugando, nos adentra en una aventura sin igual, en la cual aplicamos nuestro ingenio y sentimos determinadas emociones cuando se nos presentan determinadas situaciones, como ser el poder vencer al enemigo, o escapar de una situación peligrosa, o resolver un enigma para alcanzar ganar la partida.

Como podemos ver con los 3 ejemplos citados, que el mundo de las emociones tiene una papel fundamental en la construcción de la experiencia vital. Sin emociones, ¿cómo podríamos explicarnos la existencia? Lo más probable es que pereceríamos. Darwin dio un papel fundamental a las emociones en la cuestión de la evolución; en su libro "El origen de las especies", estudió no sólo los caracteres físicos que presentaban los distintos grupos de animales, sino que observó que estas características físicas cambiaban, funcionaban a modo de señales, como forma de respuesta ante determinadas circunstancias ambientales, bien fuera ante la amenaza, el acercamiento del cortejo, etc. Extrapolando esto al ser humano vemos que cada una de las emociones posee unas señales únicas, que se presentan en el rostro, (cambios faciales), en la voz (entonación, intensidad, volumen), en la postura (acercamiento, alejamiento, encogimiento)


Charles Darwin


Distintos caracteres físicos
La "evolución"

Las emociones, cumple unas funciones importantísimas en el desarrollo de las personas, están presentes en todas las relaciones y en todos los ámbitos, llegando incluso a motivar o a determinar nuestra vida.


Continuamos con más temas emocionales en la próxima publicación.

Un cordial saludo

Edison Meneses Torre
Psicólogo-psicoterapeuta

jueves, 9 de junio de 2016

LA RELEVANCIA DE LAS EMOCIONES: 2ª parte

LA RELEVANCIA DE LAS EMOCIONES: 2ª parte
 
En el apartado anterior, veíamos que una estrategia que funcionaba muy bien era: una vez que hubiésemos experimentado una determinada emoción, fuéramos conscientes de la misma. Y recalco que es después de vivenciar la emoción, cuando podemos llevarla a la conciencia, es decir, a darnos cuenta de ella inmediatamente después de que ha ocurrido. Porque justamente las emociones tienen una peculiaridad que las caracteriza, es que son inconscientes, no nos damos cuenta de ellas hasta que han pasado. Aclaremos esto un poco una más con un ejemplo, me encuentro de repente en la calle con un antiguo compañero de la universidad que hacía tiempo que no veía, con el cual compartí charlas muy interesantes y unos buenos momentos, siento en esos momentos mucha alegría.



Encuentro entre viejos amigos - alegría

Pero en ese momento del encuentro no es que haya sido consciente de la emoción, sino inmediatamente después de haberle visto, porque las emociones se desencadenan muy rápidamente y por eso no somos conscientes en el mismo momento en que están ocurriendo, es más podríamos decir que las emociones son inconscientes porque se dan de forma totalmente  involuntaria e incontrolable. A su vez en este cruce de caminos con mi ex-compañero de universidad, al haber él notado mi alegría por el encuentro, comenzamos a comentar nuestras vidas; y esto, si nos ponemos a pensar al respecto surge porque las emociones tienen una función comunicativa: mi ex-compañero nota mi alegría - él se siente a gusto y habla - yo también percibo su alegría y como resultado hablamos dos horas.  Esta función comunicativa, en el caso anterior, es de carácter positivo; pero si yo en el encuentro no hubiese sentido alegría, porque no me había llevado bien con esta persona, mi emoción, mi cara y mi postura hubiese sido totalmente diferente, y el resultado hubiese sido o bien hacernos los tontos los dos como si nos hubiésemos visto, o dierectamente mirar para otro lado. Lo que sí está claro en ambos casos que según el tipo de emoción que sienta así será mi forma de comportarme, porque la emoción tiende a la acción, y ésta implica comportamiento.





Encuentro entre enemigos - enojo





 



 Como podemos observar en las imágenes: cuando estamos alegres tendemos a sonreír y hay un acercamiento; en cambio cuando el encuentro produce enojo, una de las respuestas posibles es el alejamiento físico de la persona que no nos cae bien, aunque en el caso de Popeye y Bugs Bunny si hay un acercamiento, y es para pegarse (nada recomendable),  además la expresión del rostro es totalmente diferente.

 
 Según lo que vemos en ambas imágenes: la del encuentro de amigos y la de los enemigos, las expresiones faciales y corporales son completamente distintas y esto obedece a que cada emoción produce un modelo único de sensaciones. Lo que hace que cada emoción tenga unas señales específicas y singulares, por ejemplo la cara de los enemigos Bugs y Popeye es muy diferente a la de los amigos soviéticos.  

Enojo-rabia Mr. Brando  - Alegría Mrs. Taylor

Esta foto conjunta de Marlon Brando y Elizabeth Taylor, nos ilustra como esas sensaciones corporales internas específicas de cada emoción se manifiestan, dibujándose en los rostros de ambos actores como señales únicas.
 
 
  
 
 
 
Edison Meneses Torre
Atención psicológica a adolescentes y adultos. 
Hasta la próxima!
 

 
 

lunes, 9 de mayo de 2016

LA RELEVANCIA DE LAS EMOCIONES: 1ª parte.

LA RELEVANCIA DE LAS EMOCIONES: 1ª parte 

Las emociones son como unos programas automáticos que nos facilitan la vida, pese a que no nos damos cuenta de su funcionalidad.
Estos programas hacen participar a todo nuestro cuerpo, tanto exterior como interiormente. Interiormente incluyen pequeños cambios transitorios en los órganos y en el funcionamiento que conecta a esos órganos; también percibimos sensaciones de esos cambios.
En la vida moderna, llena de compromisos como el ir a trabajar, hacer la compra, llevar y recoger los niños del colegio, y un largo etcétera nos quitan mucho tiempo y no prestamos atención  a pequeñas claves que nos indican que algo está ocurriendo, como ser esos cambios en nuestro interior. O sea que muchas veces no atendemos a esas señales que nos indican que hay ciertos problemas que es prioritario resolver; salvo que los mismos sean muy notorios. Nos programamos para responder a las cosas que son verdaderamente importantes como el ir al médico, asistir a una reunión en el trabajo, poniendo alertas en el calendario o en el móvil; esta estrategia del aviso en el móvil es muy útil porque nos advierte que tenemos que hacer determinada tarea o realizar alguna acción al respecto.


Alarma recordatorio


Y si tomamos como analogía el semáforo, según la luz que se encienda así nos comportamos o como el ejemplo del móvil, que con un tono nos alerta de una determinada hora y fecha en la cual tenemos un compromiso, lo mismo ocurre con las emociones nos dan una señal que indica que hay un problema que tenemos que resolver.










Las señales serán diferentes según la emoción que se trate, ellas nos ilustran qué está pasando y cómo debo reaccionar; pero muchas veces creemos que cuando se presenta esa señal que significa la presencia de una determinada emoción, que la emoción es el problema, pero no es la emoción lo que nos altera, sino el no saber QUÉ y CÓMO tenemos que hacer para poder solucionar la dificultad. La emoción  es como el semáforo o como el tono del teléfono, nos advierte de algo que hay que darle solución y además según sea la señal (de miedo, de tristeza, de vergüenza) nos estará indicando QUÉ problema tenemos; dependerá de nosotros el CÓMO resolverlo.
El hecho de que experimentemos una emoción como el miedo, o la tristeza, no es grato ni placentero, porque las sensaciones de esas emociones, precisamente, no son agradables, pero las mismas nos están informando de que hay algo que resolver y por lo tanto nos tenemos que poner en acción. No ganamos nada con tapar esas emociones desagradables, o el tratar de escapar de ellas; con esa evitación lo que conseguimos es llenarnos de más dificultades y por lo tanto agravar aún más el problema.  
No utilizamos gratuitamente esas estrategias defensivas tales como: no querer ver, evitar, esconder la cabeza, sino porque creemos que no vamos a poder con el problema que se nos presenta y eso no es censurable sino que es muy humano, pero tenemos que tener claro que esos mecanismos defensivos sólo nos pueden aliviar momentáneamente, con el paso del tiempo la situación se tornará más grave.
Una manera que resulta difícil en un primer momento pero que después de varios intentos es  muy adaptativa, es el  poder hacerle frente al problema que esa emoción nos informa,  una vez que hemos sentido la emoción lo prinicpal es tratar de no evitarla, sino poder tomar conciencia de esa situación, tomarnos tiempo, ver las distintas opciones y posteriormente encontraremos la solución, muchas veces desconfiamos de los recursos que poseemos, y nos sorprenderemos a nosotros mismos de lo que sí somos capaces de afrontar.



Edison Meneses Torre
Psicólogo
Atención psicológica adolescentes y adultos.
 
 

domingo, 24 de abril de 2016

LA IMPORTANCIA DE LOS SENTIMIENTOS Y LAS EMOCIONES: continuación.

 
 
LA IMPORTANCIA DE LOS SENTIMIENTOS Y LAS EMOCIONES (continuación)
 
En la entrega anterior comentábamos que a nivel de pensamiento las emociones irán acompañadas de ciertas imágenes o pensamientos y que los mismos estarían relacionados con la emoción que estuviésemos sintiendo en ese momento. Ejemplo: estoy asustado, mis pensamientos estarán relacionados con el miedo; o si es el caso de que estoy riéndome los pensamientos que me vendrán serán divertidos.
Es decir: las emociones negativas tienden a conectar con recuerdos negativos, por ejemplo: si estoy enfadado con alguien porque me ha hecho una faena, tenderé a recordar situaciones desagradables ocurridas con esa persona, o situaciones negativas en las cuales me he enfadado, estoy alimentando mi rabia con lo cual el resultado será que crearé yo mismo un estado de ánimo iracundo. 
Y ocurre lo mismo con  las positivas, que  tienden a asociarse con otros recuerdos positivos, por ejemplo si estoy contento, recordé situaciones divertidas y alegres, consiguiendo un estado anímico alegre.
 
                                                               



1º recuerdo de enfado
1ª emoción de enfado




2º recuerdo de rabia
 
 







Resultado final: ira


Como podemos observar en los emoticons, el resultado de traer recuerdos de situaciones en las cuales nos hemos enojado, no sólo tiene un efecto cuantitativo sino también cualitativo, es decir traemos a la memoria más recuerdos de enfado y a su vez va aumentando la intensidad del mismo, pasamos al enojo, luego, la rabia y por último la ira. Con lo cual, podemos llegar a la siguiente conclusión: cuando estamos sintiendo emociones de carácter negativo, no nos conviene alimentarlas porque no conseguiremos resolver el factor que las ha causado, simplemente nos vamos a sentir peor. Aunque en este punto hay que hacer una aclaración: es muy difícil el no dejar de alimentar a una determinada emoción negativa cuando la estamos sintiendo porque aquí está actuando de lleno nuestra fisiología, y al calor de la emoción parece ser que nuestra meta es expresarla ya que la estamos vivenciando y no nos queremos apartar de eso. Además, no es que lo hagamos de una forma voluntaria, es un mecanismo inconsciente, no nos damos cuenta de ello, al menos en un primer momento. Pero es justamente después de ese primer momento, en el que sí somos conscientes de lo que ocurre y es precisamente ahí cuando tenemos que observarnos para poder detener un proceso que sus consecuencias no nos gustrarán, ni tampoco nos favorecerán. Recordemos, que en el ejemplo que estamos tratando, sobre el enojo, el hecho de respirar profunda y lentamente, hace trabajar a nuestro organismo de una forma más funcional y adaptativa, llevando aire más puro a todo nuestro organismo, "ventilando" en cierta manera algo que está muy cargado. La respiración profunda y lenta funciona  como si contásemos hasta diez, no vamos a dejar repentinamente de sentir la emoción, pero sí conseguiremos que no nos desborde.

Edison Meneses Torre
Atención psicológica a adolescentes y adultos. 
Hasta la próxima!